jueves, diciembre 28, 2006
Yo decido
"I will try not to breathe
I can hold my head still with my hands at my knees
These eyes are the eyes of the old, shivering and bold

I will try not to breathe
This decision is mine. I have lived a full life
And these are the eyes that I want you to remember"


("Try not to breathe", R.E.M., Automatic for the People, 1992)


Pocos debates me parecen tan básicos y claros, y a la vez tan importantes, como el de la eutanasia y el suicidio asistido, o cualquiera de sus eufemismos tan de moda. No hay allí otro centro que el concepto de libertad en su sentido más puro.

Hace unos días se armó terrible lío en Italia porque un médico ayudó a morirse a un tipo que estaba postrado hacía décadas en una cama a causa de una enfermedad degenerativa. El hombre venía reclamando en los medios que alguien hiciera por él lo que él mismo no podía hacer.

También puedo citar el trillado ejemplo de Ramón Sampedro, muy bien retratado en la película Mar adentro. Pero se cae de obvio.

Ahora, hace unos días, la Cámara de Diputados dio media sanción a un tímido proyecto de "voluntad anticipada", que permite que los pacientes terminales puedan determinar que se les suspenda el tratamiento para su enfermedad. Casos claramente menos extremos que el del tano postrado o el de Sampedro.

Si bien tuvo un nivel bastante superior a la media de nuestros legisladores, en el debate se colaron esos clásicos fundamentos morales, filosóficos y religiosos que algunos iluminados quieren imponer a los que no creemos en otra cosa que en nuestra libertad para hacer de nuestras vidas lo que se nos cante.

Álvaro Vega, diputado del MPP, dio en el clavo. "Acepto que tengamos diferencias filosóficas de todo tipo, (...) que ellos crean que defienden la vida y que son distintos. Me parece bárbaro. Ahora bien, ¡déjenme vivir con mis reglas! ¡No pretendan que los demás vivamos con sus convicciones! (...) No me obligues a que yo viva bajo tus leyes porque está mal. ¡Dejame vivir como a mí me parece!", dijo.

Ese es el centro de la discusión, y no se me ocurre otro argumento que pueda hacerle sombra: si por desgracia mi vida se convierte en un sufrimiento perpetuo, tengo que tener el derecho de terminar con ese suplicio. Poder hacer lo que yo quiera con mi vida, aunque no pueda hacerlo por mis propios medios.

El que crea que el hombre es una creación de Dios, que mantenga esos valores para sí mismo y no los imponga a quienes creemos que Dios es una creación del hombre, y que nuestras vidas nos pertenecen.

¿Por qué un depresivo puede pegarse un tiro en la cabeza y un inválido no puede pedir que alguien lo ayude a morirse? Impedirle morir a un tipo que quiere terminar con una vida que no considera tal es solamente restregarle por la cara su ineptitud física. Algo así como "jaja, ¡sufrís, te querés morir y no podéees! ¡Infeliiiz!". Injusto y patético.

Me hace acordar a un capítulo de South Park en el que un grupo de hombres armados toma por asalto un campamento del grupo protector de animales PETA. Se cagan a tiros y, mientras todos los ecologistas van muriendo baleados, en el medio un engendro mezcla de ave y humano producto de una relación zoofílica gritaba "¡mátenme, a mí, a mí!". Y nadie le daba pelota, y era el único que no moría.

Por las dudas dejo constancia: si un día me quedo tirado de por vida sin poder mover un dedo, háganme un bien y matenmén.
2 Comments:
Blogger Ama-gi said...
"Álvaro Vega, diputado del MPP, dio en el clavo. "Acepto que tengamos diferencias filosóficas de todo tipo, (...) que ellos crean que defienden la vida y que son distintos. Me parece bárbaro. Ahora bien, ¡déjenme vivir con mis reglas! ¡No pretendan que los demás vivamos con sus convicciones! (...) No me obligues a que yo viva bajo tus leyes porque está mal. ¡Dejame vivir como a mí me parece!", dijo."

Excelente. Al fin un político que dice algo razonable. Lástima que después el y su puto partido nos somete a la opresión del estado unido a las corporaciones (Lo que se llamaba fascismo hace unas décadas) de acuerdo a SUS reglas.

Si es tal cual dice, por que carajo no me deja vivir con MI laburo, MI plata y MIS reglas? Por que cada vez que compro un chicle este hijo de puta se tiene que llevar un pedazo para pagarse todos sus putos privilegios?

Hipócritas hijos de puta...

Blogger Kily said...
Confieso que cuando estaba haciendo el post escribí "Álvaro Vega, diputado del MPP, dio extrañamente en el clavo", pero me puse oficialista y saqué el "extrañamente".

Obviamente, Ama-gi, coincido con tu punto de vista. El discurso libertario lo aplican a lo que les conviene. Siempre lo hicieron. Todos, de todos los partidos.