Siempre lo mismo, la puta madre... ¡Alguien que le diga que deje de cambiarme completamente los copetes de las notas sólo para darles "un poco más de sal"! ¡Alguien que le explique que no queda bien usar una y otra vez el mismo recurso de redacción para empezar las notas! Dejen... no le expliquen nada que igual no va a entender.

Me llegó varias veces, de parte de amigos blancos y colorados, un mail que dice -resumidamente- lo siguiente:

"Si pensaron que no iba a haber acuerdo con el FMI, que la inocencia les
valga. Si pensaron que se iba a respetar el referéndum del agua, que la
inocencia les valga. Si pensaron que ANCAP no se asociaría con nadie ni se
vendería, que la inocencia les valga. Si pensaron que no se iba a firmar el
tratado con EE.UU., que la inocencia les valga. Si pensaron que no ibamos a ir
más a las UNITAS, que la inocencia les valga."

Continúa con varios ejemplos más, mencionando el atraso cambiario, el ajuste fiscal, las AFAPs, etc. Y termina diciendo:

"Resumiendo, si pensaron que el Frente Amplio iba a cumplir lo prometido,
¡¡¡QUE LA INOCENCIA LES VALGA!!! Me alegran algunas cosas con las que siempre
estuve de acuerdo, lo triste es que engañaron a los votantes para llegar al
poder... Como la ética no tiene nada que ver con la política... Festejen
uruguayos, festejen !!!!"

Ahora, pregunto yo: si están tan de acuerdo con que el gobierno haga todas esas cosas que en campaña criticó. ¿De qué se quejan? ¿Alguien me puede decir? ¿Hubieran preferido que el gobierno mandara a cagar al FMI, cerrara las AFAPs, etc, etc.? No creo.

El texto tampoco parece ser una adhesión solidaria a aquellos votantes frenteamplistas que se sientan estafados por quienes votaron.

Más bien tiene pinta de chicana política, de esa que los políticos opositores hacen con fines electorales y cagándose en los cuatro años que quedan hasta las elecciones.

No extraña que estas cosas las digan quienes se juegan dos votos más o dos votos menos dentro de cuatro años. Pero me parece lamentable y mediocre que los simples mortales sigan jodiendo con estas cosas, solamente para adjudicarse una supuesta razón, al estilo "¿vieron? ¡les dije!".

Así estamos y así vamos a seguir.

Lo de Mujica ya es impresentable. Pasemos por alto lo indecoroso que resulta que un ministro diga que se va "a la mierda", ya que estamos curados de espanto con las expresiones de este sujeto.

Lo que no puedo creer es que siga anunciando su renuncia. ¿Por qué no se deja de amenazar con irse y se va de una buena vez? Recuerdo que Mujica está amenazando con irse desde antes de asumir; incluso casi se pela. En el año y pico que lleva de gobierno, lo ha reiterado decenas de veces.

Yo pregunto, ¿para qué asumió? ¿por qué no se va de una vez si tanto le molesta su trabajo? ¿alguien votó a Mujica para que esté amenazando permanentemente con irse "a la mierda"? ¿no le parece al señor ministro que le está faltando sistemáticamente el respeto a sus numerosos votantes, e incluso a los que no lo votaron pero lo tienen que bancar de ministro?

Si finalmente le ganó Harvard, don Pepe, acepte la derrota, váyase y déjele el cargo a alguien que tenga ganas de ejercerlo.

Alguna que otra vez había tenido la oportunidad de hojearla y me había parecido que estaba muy bien. En marzo me decidí y pegué el tarjetazo para suscribirme a la revista colombiana Gatopardo. No me arrepiento.

Se trata de una revista de poco menos de 200 páginas, muy bien diseñada y muy atractiva visualmente, que se dedica a hacer periodismo bien escrito. Ni más ni menos. Prácticamente no hay noticias, pero hay historias. Historias extensas, disfrutables y bien contadas.

Funciona con una red de colaboradores de toda América latina que escriben alternadamente. Siempre hay una entrevista central, muchas veces a algún personaje de Hollywood o similar. Y las notas realmente valen la pena.

Para mejor, el número de mayo trae una foto especialmente sensual de Keira Knightley en tapa.

A Uruguay la revista llega sólo por suscripción, pero cuesta nada más que unos 60 pesos por número. Para más datos: www.gatopardo.com.

"Los periodistas que critican al gobierno me hacen acordar a esos gordos de la platea que le gritan cosas al 9 porque no hace goles, como si ellos fueran Beckenbauer".

Exquisitez del jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández.

(APLAUSOS). Esa es la palabra que se lee al final de casi todos los párrafos del discurso que Kirchner escupió hoy de tarde en Plaza de Mayo. Un discurso cargadísimo de contenido, de inteligencia, de raciocinio, de coherencia, como podemos ver a continuación:

"Estamos en el lugar de las grandes asambleas, estamos levantando la
bandera de la Patria, estamos levantando la bandera de la Nación, estamos
levantando el orgullo y la dignidad, estamos levantando la bandera de la Patria
grande, estamos levantando la bandera de América latina, estamos levantando la
bandera que nos contenga a todos, una bandera argentina que nos de la
posibilidad a todos de poder ser."

Maravilloso. Peronismo a full... que es similar a decir fascismo a full. Demagogia, para ser más discretos. Para hacer este acto, según el semanario Perfil, el gobierno de K gastó 2,3 millones de dólares. Lo que declaró haber gastado en su campaña electoral fueron 860 mil dólares, si bien el gasto real fue de al menos 2,8 millones. Es decir, el acto de hoy costó casi lo mismo que la campaña de Kirchner.

"Mi sueño es ayudar a construir una Argentina cada vez más plural", dijo esta tarde el pingüino monarca. Ese mismo sujeto que, según reveló Noticias, tiene micrófonos y líneas pinchadas en los despachos de 66 legisladores, y espía también a empresarios y a sus propios ministros para presionarlos y tenerlos bajo control. El mismo que manipula la publicidad oficial a gusto para premiar y castigar a los periodistas que no le hacen felaciones diarias, y que presiona a los anunciantes privados de esos medios. El mismo que tiene acceso a correos electrónicos y conversaciones de periodistas. Totalitarismo new age.

"Hemos construido y estamos construyendo una Justicia independiente, tenemos una Corte independiente como hace tiempo no se recuerda en la Patria", tuvo el descaro de decir este buen santacruceño, que hace unos meses hizo lo que se le cantó con el Consejo de la Magistratura, reformándolo para poder poner a dedo a los jueces que le convenía.

También hubo obvios elogios a Perón, el amigote de Mussolini, el máximo exponente del fascismo a la porteña, con balcón, discurso, acarreo de gente, plaza. Y muchos aplausos. En esa misma plaza se congregaba la gente para escuchar el "vamos ganando" de Galtieri. Para Kirchner, "los que entregaron a los chicos de Malvinas" fueron sólo los militares. Se olvida de que, en el mismo lugar donde ahora lo aplauden a él, también aplaudieron a otros.

(Eso sí, no me incomodaría que nos invadieran y nos convirtiéramos en un cheto barrio porteño. Es que lo malo de Argentina es que está llena de argentinos.)

Y Álvarez insistió todo el programa: "toda la verdad sobre las plantas de celulosa". Y al final tenía razón. Casi todo lo que dijeron anoche en Zur es verdad. Eso sí, casi nada fue novedoso. Un buen guiso de información vieja que todos los medios dieron cocinado con algunos testimonios y buenas imágenes.

Está bien, de qué quejarse, funciona para la televisión. Eso sí, seguiré desconfiando cada vez que un periodista me diga que tiene "LA verdad".

Conclusión: se viene otra temporada pedorra e intrascendente.

Esta noche comienza a emitirse una nueva temporada de Zona Urbana. Periodismo rebeldeway. Esperemos que no sea tan vomitivo como el año pasado, aunque espero lo peor.

El primer programa estará dedicado a las "papeleras" (plantas de celulosa for dummies), y nuestros audaces cronistas se fueron hasta Argentina, España y Finlandia, gastando la módica suma de 8 mil dólares.

En la promo del programa, Ignacio Álvarez promete revelar "la verdad sobre las plantas de celulosa", o algo así. Espero que lo consigan, ya que sería un hito en la historia del periodismo y, especialmente, de ese programa.

"La verdad" sobre las plantas de celulosa debe existir, pero –lo sé por experiencia propia– es muy difícil de encontrar. Y si bien deben ayudar, dudo que 8, 10 o 100 mil dólares resuelvan el problema. A lo mejor sirva un poco menos de soberbia y algo más de rigor para un tema del que todo el mundo quiere hablar pero pocos tienen algo que decir. Me quedo por acá porque todavía no vi el programa y en una de esas me callan la boca.

Tal vez "la verdad" sobre las plantas de celulosa sea simplemente que dan mucho rating. En ese caso, probablemente cumplan la misión.

El sábado pasado cayó en mis manos –previa entrega de $ 328– el último disco de El Cuarteto de Nos, titulado "Raro". Para mi gusto, se trata de uno los mejores grupos uruguayos de rock, junto con los Buenos Muchachos y alguno que otro más.

Primera reacción: "¡Cómo está el disco del Cuarteto!". Superada la euforia inicial, si bien no es genial, e incluso tal vez sea menos creativo que otros, el disco tiene brutas canciones. No es como todos los del Cuarteto. Faltan más temas bizarros de Santiago y Riki, y la música es más homogénea que en los demás discos. Tal vez más accesible comercialmente. Pero igual, no hay con qué darle a esta banda. Además, como sucede con la mayor parte de la música uruguaya en los últimos años, el disco suena de puta madre.

Y deja en claro una cosa. Que hagan lo que hagan, los cuarteteros le rompen el culo a cualquier otra banda uruguaya.

(Recomendaciones: "Hoy estoy raro", "Yendo a la casa de Damián" y el corte de difusión "Ya no sé qué hacer conmigo" son impresionantes.)

Ya me tuvo podrido en su momento la proliferación casi semanal de artículos sobre el incendio en Cromañón, las víctimas, los aniversarios, etc, etc. Ya sentí repulsión por el manejo político que hicieron los argentinos (cuándo no) con todo ese tema.

Y ahora no puedo soportar más a todos aquellos que bregan por que Callejeros deje de tocar. Hace algunas semanas un grupo de gente logró que suspendieran un recital en Tucumán. Ahora sale un tal Gustavo Bolasini diciendo en la revista Noticias que "Señales", el nuevo disco del grupo, "es un álbum que busca lucrar con una tragedia, que saca provecho de algo que el mismo grupo provocó".

A ver... por supuesto que algo tuvo que ver el grupo con el desastre de aquella noche, desde el momento en que eran parte de la organización. Incluso hay quien dice que ayudaban a entrar las bengalas a los recitales. Esas cosas las resolverá la Justicia si corresponde. Eso dando por obvio que las causas de lo que pasó van mucho más allá de una actitud en particular.

Ahora, ¿no parece bastante evidente que un grupo de personas que viven de la música que hacen tienen derecho a seguir grabando y tocando, o sea, a seguir trabajando?

A diferencia de la estupidez, la música no mata a nadie.

Y finalmente sucedió. Tal vez antes que lo que había imaginado, sucumbí a la tentación de tener mi blog para escribir mis propias estupideces. No sé si alguien lo leerá, ni cuánto me durará, o si tendré algo que valga la pena escribir. De última, es gratis.