Ahora sí se me acabó la paciencia y lo voy a decir de una vez. No porque a alguien le importe mucho mi opinión, sino al menos para descargarme. Acá voy: el Gran Hermano es una reverenda cagada insoportable que me tiene podrido, la reputa madre que lo parió (agréguenle puteadas a gusto).

Y esto no se trata de un planteo en plan “qué inteligente y culto que soy yo que me paso metido entre Moliere y Susan Sontag, mientras el lumpenaje pierde su tiempo matando neuronas con esa mierda”. Si bien es muy válido ese razonamiento, y también lo comparto, mi motivo es mucho más simple: que el Gran Hermano es un embole, un bodrio. ¿Por qué? Porque está repleto de gente estúpida, y la gente estúpida es aburrida. Y listo, suficiente argumento para mí.

Me pudre ver a GH hasta en la sopa. En los sitios de noticias de Internet, en los diarios, en las conversaciones en todos lados. Me pudre que casi todo el mundo en mi familia mire y se pase hablando de esa mierda, y que hasta muchos de mis amigos rompan los huevos con ese programa. Que el debate, que la casa, que Rial, que Osito, que Marianella y no sé quién mierda más, gente que no tiene nada mejor que hacer que internarse en una casa a departir con infradotados. Me da pena ver a personas que viven en mi casa estar todos los días durante horas prendidas de esa bosta infumable.

Ya está, me tiene harto el puto GH. Mírenlo todo lo que quieran, pero aléjenlo de mi vida. Y ya que estoy, también me tiene harto Bailando por un sueño y Cantando por un sueño y Cogiendo por un sueño y lo que mierda sea, que también tengo que bancarme todos los días en todos los diarios y sitios web que frecuento (por suerte, no en mi casa). Aunque de última, si bien a mí no me divierte tampoco para nada, le doy algo más de crédito en ese sentido que a GH.

¿No hay otra mierda más interesante de la que estar todo el día pendiente?